domingo, 12 de noviembre de 2017

Ella.

Se te cayó una lágrima
como forma de introducción.
Tenía curiosidad por ver cómo 
ibas a acabar con lo poco que quedaba.

Ya estabas preparado,
venías con la decisión tomada.
Es de lo único 
que te he visto seguro en la vida.

Seguías avanzando,
como si aquella autopista
no tuviera un destino.
Me ibas a abandonar en cualquier gasolinera.

Como si yo fuese una carga,
y ella,
tus vacaciones más deseadas.
Como si ya ninguna canción te recordase a mí.

Hoy te lo agradezco,
aunque nunca podré perdonarte.

Vacaciones, para mí, 
eran tus besos en la nuca.

Y eran,
en pasado,
porque yo también la conocí.
Yo también me he enamorado de ella.

Te entiendo,
porque te abre las costillas,
para que puedas respirar
todavía más fuerte.

Porque es preciosa,
porque es maestra
y te enseña
que la felicidad no es algo que te dan.

Porque está siempre riendo,
y en cada carcajada
te enseña mil formas de vivir la vida.
Para que escojas la que quieres.

Yo también me he enamorado de ella.
Porque besa sólo por diversión
y me ha enseñado a bailar
como si yo fuera la protagonista y los demás, figurantes.

Me encanta
cómo me mira mientras se quita la ropa.
Y me pide que aproveche que está aquí hoy.
Y me deja sin aliento.

Yo también me acuesto todos los días con ella,
y luego se va,
porque no pertenece a nadie,
pero todos podemos tenerla.








jueves, 2 de noviembre de 2017

Diferente.

Como cuando vas conduciendo
y te cruzas, por un segundo,
con un recuerdo.
Como una estrella fugaz.

Pero mi corazón te latió
durante varias horas.
Fue un paseo por las calles
en las que era fácil ser feliz.

No sabes diferente.
No sabes las ganas que tenía.

Parecía que volvía a ser yo,
estaba tocando la niñez
con la punta de la lengua.
Parecía que no tenía miedo.

Como aquella otra vez,
contigo,
en el mismo bar cutre.
Parecía que había vuelto a nacer.

No me mires diferente,
porque al final sigo siendo la misma.

Aunque no soy igual.
No reconocerías mi pecho,
me han herido varias veces.
Soy toda cicatrices.

Soy más fuerte,
aunque no he ganado ninguna guerra.

Pero tú siempre me has visto guapa,
aunque estuviera a trozos.
También siempre quisiste cuidarme
aunque yo ya no te quisiera.

Siempre has sabido curarme
sin, siquiera, saber mi enfermedad.

No te quiero.
No estoy enamorada de ti.
No quiero que nos enamoremos.
Pero puedes sacarme esta sonrisa cuando quieras.

Te ofrezco unas risas, tres besos y cuatro polvos.
Yo también te he visto:
Sé que, al final, saldremos de esta.
Nos dedicaremos unas sonrisas sin saber qué será él uno del otro,

pero sabiéndonos a todo




lunes, 10 de julio de 2017

Más "parasiempre".

Hoy mis pasos son cortos,
pero sigo caminando.

Todo de lo que huyo
está a kilómetros de mí,
en otra dirección.

Otros muchos también corrieron.

Fue lo que aprendí,
corriendo es más fácil tropezar,
pasarlo todo por alto.

Por eso estoy aquí.

A tan sólo unos metros
de miles de recuerdos.
Se acabará para mí.


Será más tarde, pero más "parasiempre".




martes, 30 de mayo de 2017

Desconocidos

Todavía no sé lo que es el amor,
a pesar de estudiar al ser humano.
Yo lo explicaría de esta manera:
el amor eres tú.

Pero otro día fue otro.

Y mañana puede ser cualquiera,
después de este abandono.
Te lo llevaste todo,
menos los recuerdos.

Te llevaste hasta el aire.

Te fuiste y llovió,
te llevaste el Sol,
la Luna,
una de mis pocas vidas.

La tuya.

Ojalá te olvide
y te haga falta.
Ojalá me reemplaces
sabiendo que yo soy la original.

Y de repente,
nos volvamos a cruzar,
habiendo sabido todo el uno del otro,
pero esta vez desconocidos.




Abril de nadie



Amabas como lo haría un niño,
con toda la inocencia del mundo,
como si nunca fuese a doler,
como si fuese algo nuevo y eterno.

Contigo,
fui más yo que con cualquiera.

Sólo tu olor me hacía sentir en casa,
estando en cualquier lugar del mundo,
sólo tu abrazo y sentía que estaba donde quería estar.

Contigo aprendí que al paraíso
no se llega en una noche.

Tenía al amor durmiendo en mi cama,
y no me di cuenta de que se estaba yendo. 
Hasta que se despidió.

Hoy tengo ganas, 
y no sé de qué.

Hoy me arrepiento
de haberte llevado a aquel tren.

Hoy me encuentro tus cosas por la habitación
y siento que son trozos de mi corazón
desangrándose en el suelo.

Estuve esperando fuera de la estación,
con el coche arrancado
por si te arrepentías.

Todavía tenía tus últimos besos
en la garganta.

Quería que si mirabas a atrás,
me vieses.
Con ganas de ir contigo,
sin importar el destino.

Fui yo,
te dejé marchar.
No intenté detenerte,
me asustaba fracasar.

Hoy ya sé que fracasé,
te perdí.

viernes, 17 de marzo de 2017

Feliz pasado mañana.

No puedo esperar para echarte de menos.
Aunque todos los días estés aquí,
y quien diga lo contrario, miente.

Tengo casi diecisiete veranos en la memoria,
los documentales y la vuelta ciclista.

Si hoy estuvieras aquí,
al ver mi pelo te saldría esa medio sonrisa
que solías poner.

Sigue ardiendo el bosque,
eso también me recuerda a ti.
Los incendios, cuando volvías de madrugada.

El olor a humo,
el Land Rover verde,
el bosque, el flamenco, Portugal...

Fue hace cinco años
y parece que ha pasado un milenio.

Aunque la herida sigue igual,
y la casa ya no es hogar.
La vida es diferente desde que no estás.

Nada es lo mismo.
Ese escritorio en el que pasabas las noches
ahora está cogiendo polvo.

Hemos huido de los recuerdos,
como en Navidad.

Estábamos las tres solas en un bar,
hemos sido más fuertes otras veces,
corrimos a casa a llorar.

Otras veces, te hemos echado de menos
en silencio, sin decir nada
para no minar las sonrisas de las otras dos.

Sigues siendo mi héroe,
mi mejor recuerdo.

Mi ejemplo a seguir.
Feliz día,
me adelanto porque me apetece,
porque no me aguanto,
y porque lo mereces.

Porque estoy orgullosa,
porque te echo de menos
y quiero expresar estos sentimientos.