miércoles, 11 de noviembre de 2020

No toques nada.

Llegaste como cafeína,
detrás de una resaca.

Agnóstica. Ya no creo.

¿Cómo creas tanto vacío?
Donde estás siempre hay poesía.

Yo ya estoy muerta.
De miedo. De pena. De amor.

Viniste cuando yo me iba.
No toques nada.

No hace falta que lo entiendas.

Yo ya me muero.
De ganas. De sed.

Eres agua en Marte.

Tómatelo como quieras, 
pero no con prisa.

Soy lo que me hicieron, te dije.
Y todos los días abrazas mi pasado.







lunes, 11 de junio de 2018

Vengo a decirte que eres preciosa.

Que se te ven las desilusiones
a kilómetros,
que vas pisando todos los planes
que ideaste y no llevaste a cabo.

Y, aún así, eres preciosa.

Que sé que siempre echas de menos,
que te has sentido sola,
que lloras.
Y lo que te queda.

Y, aún así, siempre sonríes.

Hoy te quiero decir que no te cohíbas,
que luego te arrepientes.
Que hagas lo que te apetezca,
aunque sea llorar.

Porque, aún así, eres preciosa.

Que seas lo que quieres ser,
que te levantes.

Que he visto cómo te hundías en el fango,
para salir mejor que nunca.
Y ni siquiera tú sabes cómo,
pero ahí estabas otra vez.

Que tengas paciencia con los demás,
pero no contigo.
Que no sé cuánto dura una vida,
pero disfrútala.

Por ti.
Por mí.
Y por todas las personas que te quieren.





miércoles, 25 de abril de 2018

Un minuto de silencio.

¿Cómo te explico
que me llenabas
sin, siquiera, estar vacía?

Que no te necesitaba,
pero te quería.

Ese fuiste tú,
el que vino con las manos vacías
y, aún así, me lo dio todo.

Qué pena no habernos querido más.

Hubiera sido la calma
en todo ese caos que llamas vida.
Lo sé.

Yo iba a ser lo único que te quitase el sueño.

Ese era mi plan,
que te fugases de tus problemas
con sólo mirarme a los ojos.

Abrazarte tan fuerte
que sintieses que se acababa el mundo
si te soltaba.

Un minuto de silencio por todos los besos que no nos vamos a dar.

Hoy vamos a vernos,
vamos a sonreírnos más que nunca,
pero hechos trozos por dentro.

Vamos a tocarnos más que nunca, pero sólo con palabras.

Creo que no vamos a llorar,
será el peor funeral de la historia.

Cuando vuelva a cruzarme contigo,
seguirá siendo imposible no mirarte.
¿Por qué parece que llevas el desierto en los ojos?

Puede que este cementerio de ojalás sea lo primero y, también, lo último que construimos juntos.





domingo, 12 de noviembre de 2017

Ella.

Se te cayó una lágrima
como forma de introducción.
Tenía curiosidad por ver cómo 
ibas a acabar con lo poco que quedaba.

Ya estabas preparado,
venías con la decisión tomada.
Es de lo único 
que te he visto seguro en la vida.

Seguías avanzando,
como si aquella autopista
no tuviera un destino.
Me ibas a abandonar en cualquier gasolinera.

Como si yo fuese una carga,
y ella,
tus vacaciones más deseadas.
Como si ya ninguna canción te recordase a mí.

Hoy te lo agradezco,
aunque nunca podré perdonarte.

Vacaciones, para mí, 
eran tus besos en la nuca.

Y eran,
en pasado,
porque yo también la conocí.
Yo también me he enamorado de ella.

Te entiendo,
porque te abre las costillas,
para que puedas respirar
todavía más fuerte.

Porque es preciosa,
porque es maestra
y te enseña
que la felicidad no es algo que te dan.

Porque está siempre riendo,
y en cada carcajada
te enseña mil formas de vivir la vida.
Para que escojas la que quieres.

Yo también me he enamorado de ella.
Porque besa sólo por diversión
y me ha enseñado a bailar
como si yo fuera la protagonista y los demás, figurantes.

Me encanta
cómo me mira mientras se quita la ropa.
Y me pide que aproveche que está aquí hoy.
Y me deja sin aliento.

Yo también me acuesto todos los días con ella,
y luego se va,
porque no pertenece a nadie,
pero todos podemos tenerla.








jueves, 2 de noviembre de 2017

Diferente.

Como cuando vas conduciendo
y te cruzas, por un segundo,
con un recuerdo.
Como una estrella fugaz.

Pero mi corazón te latió
durante varias horas.
Fue un paseo por las calles
en las que era fácil ser feliz.

No sabes diferente.
No sabes las ganas que tenía.

Parecía que volvía a ser yo,
estaba tocando la niñez
con la punta de la lengua.
Parecía que no tenía miedo.

Como aquella otra vez,
contigo,
en el mismo bar cutre.
Parecía que había vuelto a nacer.

No me mires diferente,
porque al final sigo siendo la misma.

Aunque no soy igual.
No reconocerías mi pecho,
me han herido varias veces.
Soy toda cicatrices.

Soy más fuerte,
aunque no he ganado ninguna guerra.

Pero tú siempre me has visto guapa,
aunque estuviera a trozos.
También siempre quisiste cuidarme
aunque yo ya no te quisiera.

Siempre has sabido curarme
sin, siquiera, saber mi enfermedad.

No te quiero.
No estoy enamorada de ti.
No quiero que nos enamoremos.
Pero puedes sacarme esta sonrisa cuando quieras.

Te ofrezco unas risas, tres besos y cuatro polvos.
Yo también te he visto:
Sé que, al final, saldremos de esta.
Nos dedicaremos unas sonrisas sin saber qué será él uno del otro,

pero sabiéndonos a todo




lunes, 10 de julio de 2017

Más "parasiempre".

Hoy mis pasos son cortos,
pero sigo caminando.

Todo de lo que huyo
está a kilómetros de mí,
en otra dirección.

Otros muchos también corrieron.

Fue lo que aprendí,
corriendo es más fácil tropezar,
pasarlo todo por alto.

Por eso estoy aquí.

A tan sólo unos metros
de miles de recuerdos.
Se acabará para mí.


Será más tarde, pero más "parasiempre".