viernes, 17 de marzo de 2017

Feliz pasado mañana.

No puedo esperar para echarte de menos.
Aunque todos los días estés aquí,
y quien diga lo contrario, miente.

Tengo casi diecisiete veranos en la memoria,
los documentales y la vuelta ciclista.

Si hoy estuvieras aquí,
al ver mi pelo te saldría esa medio sonrisa
que solías poner.

Sigue ardiendo el bosque,
eso también me recuerda a ti.
Los incendios, cuando volvías de madrugada.

El olor a humo,
el Land Rover verde,
el bosque, el flamenco, Portugal...

Fue hace cinco años
y parece que ha pasado un milenio.

Aunque la herida sigue igual,
y la casa ya no es hogar.
La vida es diferente desde que no estás.

Nada es lo mismo.
Ese escritorio en el que pasabas las noches
ahora está cogiendo polvo.

Hemos huido de los recuerdos,
como en Navidad.

Estábamos las tres solas en un bar,
hemos sido más fuertes otras veces,
corrimos a casa a llorar.

Otras veces, te hemos echado de menos
en silencio, sin decir nada
para no minar las sonrisas de las otras dos.

Sigues siendo mi héroe,
mi mejor recuerdo.

Mi ejemplo a seguir.
Feliz día,
me adelanto porque me apetece,
porque no me aguanto,
y porque lo mereces.

Porque estoy orgullosa,
porque te echo de menos
y quiero expresar estos sentimientos.