Tal vez sólo aquellos que ven la realidad de manera objetiva son quienes mejor viven, sin dolor...
Tal vez con los pies en el suelo y la cabeza sobre los hombros, sin soñar ni volar...
¿Acaso no compensa la alegría de soñar con la molestia del despertar o la adrenalina de volar con el susto de caer?
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