Sólo quería decirte
que me voy a morir
en cuanto te vea llegar,
con esa preciosa sonrisa
y tu forma de mirar.
Que me voy a morir
cuando me veas,
como casi siempre,
con los nervios floreciendo
desde lo más profundo de la piel.
Me verás reír
como queriendo disimular
que te quiero,
como si jamás hubiese hecho
de ti poesía.
De nosotros, poesía.
Voy a hacer
como si nunca hubiese sido
derrotada por el impulso
de decirte lo que siento,
como si en las madrugadas
estuviera dormida.
En vez de pensándote.
En vez de versándote...
Voy a simular que no se me va la vida en tu sonrisa.
Y he pensado que si tengo que morir,
será
por
no
matarte.
por
no
matarte.