a lo que queda de ti,
y siento un vértigo aterrador
porque me encuentro a milímetros
de caer en tu olvido.
Sólo queda sombra,
y tengo miedo de no ser primavera
por marchirtarme en tu memoria.
Me aterra no volver a ser yo.
Me mato callándome,
porque las ganas
a veces son veneno.
Y prefiero perderme
que perderte.
Estoy completamente aturdida,
no sé si ahora vienen curvas
o esto es la recta final.
Pero temo oírte mi nombre.
Sé que es absurdo quererte,
pero lo absurdo es propio de mí:
tengo un reloj que lleva meses parado
y un calendario sin fechas marcadas.
No entiendo de distancias
si se miden en metros,
ni sé nada del olvido
si se trata de ti.
Voy a cuidarme las espaldas
para que nadie me destierre
de tu terreno más blando.
Ni siquiera tú.
Estoy perdiendo el equilibrio,
pero intentaré
hacerte sonreír
hasta el último segundo
antes de morir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario