Vengo a decirte que eres preciosa.
Que se te ven las desilusiones
a kilómetros,
que vas pisando todos los planes
que ideaste y no llevaste a cabo.
Y, aún así, eres preciosa.
Que sé que siempre echas de menos,
que te has sentido sola,
que lloras.
Y lo que te queda.
Y, aún así, siempre sonríes.
Hoy te quiero decir que no te cohíbas,
que luego te arrepientes.
Que hagas lo que te apetezca,
aunque sea llorar.
Porque, aún así, eres preciosa.
Que seas lo que quieres ser,
que te levantes.
Que he visto cómo te hundías en el fango,
para salir mejor que nunca.
Y ni siquiera tú sabes cómo,
pero ahí estabas otra vez.
Que tengas paciencia con los demás,
pero no contigo.
Que no sé cuánto dura una vida,
pero disfrútala.
Por ti.
Por mí.
Y por todas las personas que te quieren.
lunes, 11 de junio de 2018
miércoles, 25 de abril de 2018
Un minuto de silencio.
¿Cómo te explico
que me llenabas
sin, siquiera, estar vacía?
Que no te necesitaba,
pero te quería.
Ese fuiste tú,
el que vino con las manos vacías
y, aún así, me lo dio todo.
Qué pena no habernos querido más.
Hubiera sido la calma
en todo ese caos que llamas vida.
Lo sé.
Yo iba a ser lo único que te quitase el sueño.
Ese era mi plan,
que te fugases de tus problemas
con sólo mirarme a los ojos.
Abrazarte tan fuerte
que sintieses que se acababa el mundo
si te soltaba.
Un minuto de silencio por todos los besos que no nos vamos a dar.
Hoy vamos a vernos,
vamos a sonreírnos más que nunca,
pero hechos trozos por dentro.
Vamos a tocarnos más que nunca, pero sólo con palabras.
Creo que no vamos a llorar,
será el peor funeral de la historia.
Cuando vuelva a cruzarme contigo,
seguirá siendo imposible no mirarte.
¿Por qué parece que llevas el desierto en los ojos?
Puede que este cementerio de ojalás sea lo primero y, también, lo último que construimos juntos.
que me llenabas
sin, siquiera, estar vacía?
Que no te necesitaba,
pero te quería.
Ese fuiste tú,
el que vino con las manos vacías
y, aún así, me lo dio todo.
Qué pena no habernos querido más.
Hubiera sido la calma
en todo ese caos que llamas vida.
Lo sé.
Yo iba a ser lo único que te quitase el sueño.
Ese era mi plan,
que te fugases de tus problemas
con sólo mirarme a los ojos.
Abrazarte tan fuerte
que sintieses que se acababa el mundo
si te soltaba.
Un minuto de silencio por todos los besos que no nos vamos a dar.
Hoy vamos a vernos,
vamos a sonreírnos más que nunca,
pero hechos trozos por dentro.
Vamos a tocarnos más que nunca, pero sólo con palabras.
Creo que no vamos a llorar,
será el peor funeral de la historia.
Cuando vuelva a cruzarme contigo,
seguirá siendo imposible no mirarte.
¿Por qué parece que llevas el desierto en los ojos?
Puede que este cementerio de ojalás sea lo primero y, también, lo último que construimos juntos.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)