lunes, 17 de enero de 2011

Nuestro lugar.

Irme contigo a un lugar en que nadie nos conozca, un lugar en que solo seamos tú y yo. Un lugar donde nadie nos moleste, dnde cada uno se preocupe de lo suyo y tú y yo de lo nuestro. Que no tengamos que dormir, que hagamos cada noche y cada día una cosa diferente. Que no exista el aburrimiento, ni el invierno ni el otoño. Donde no exista la niebla, ni el frío, que siempre podamos mirar las estrellas. Un lugar donde la lluvia sea algo romántico, que llover ssignifique estar tú y yo bajo el mismo paraguas.
 
Sin pensar en los demás, sin que nadie nos moleste y sin molestar. Que el anochecer no signifique que se acaba el día, si no que empieza otro nuevo. Que tengamos una forma de vivir diferente a la del resto de la humanidad. Que no nos tengamos que parar a nada, que nosotros mismos seamos nuestra única necesidad. Viendo cómo la noche duerme a todo el mundo, nosotros en el coche, disfrutando cada milésima de segundo como si fuera la última que vivimos.

Viviendo en un lugar en el que veamos las estrellas mientras podemos admirar cómo está a lo lejos la noche vistiendo de fiesta las ciudades. Cómo se reflejan las luces en los mares. Porque, a esas alturas, sabremos que a mí la noche, las luces, el mar, y sobretodo tú, me volvéis loca.

sábado, 15 de enero de 2011

Retraso sentimental.

Si hubiese espavilado, si hubiese querido hacer las cosas cuando podía. ¿Aun me guardas alguna oportunidad?. No supe apreciarte ni quererte cuando tuve alguna oportunidad de hacerlo. Yo me pregunto, ¿ ya es tarde?. Aun me acuerdo de cuando quien me pedía, alguna vez, muestras de cariño eras tú, tampoco hace tanto de ello. Ahora me doy cuenta de que necesito tu cariño, de que te quiero y que no es nada nuevo, que eso ya pasaba antes, pero no me había percatado. Me he dado cuenta de que echo de menos todos aquellos ratos contigo. Creo que antes podría haber sido, pero ahora es muy díficil.
Y yo me pregunto si tú querrías besarme, si podrías quererme a la vez que yo quererte.

jueves, 13 de enero de 2011

Aprendiendo.

Aprendí que esto se trata de disfrutar, de pasarlo bien. De que si no arriesgas, no ganas. Y estoy intentando aplicarlo, quitando el miedo a perder. Porque si pierdo, ¿qué importa?, no es el fin del mundo. He aprendido que, cuando una puerta se cierra, otra se abre. Que merece la pena intentar lo que quieres, porque si no lo intentas, no lo vas a conseguir. Y si lo intentas, y no alcanzas lo que quieres, no merece la pena estar mal, porque siempre llegará algo mejor. Ahora entiendo que, puedes estar dos días mal, pero no más. No creo en eso de "el que la sigue, la consgiue", pero creo que si das todo de ti, puedes obtener lo que realmente deseas. Y que si no lo consigues, siempre habrá algo más que quieres que sea mejor, porque independientemente de si eres muy poco o muy caprichoso, somos personas y las personas tenemos miles de caprichos. Y siempre se puede dar más de uno mismo. Yo creo en la felicidad, creo en que, cuando más lo necesitaremos, encontremos en algo, en lo que sea, la felicidad. Creo que el tiempo pone a cada uno en su lugar, y confío en que sea así. Ahora sé, aunque probablemente no lo aplicaré cuando tenga que hacerlo, que cuando pierdes algo, te llega un premio de consolación mejor incluso que lo que perdiste.

miércoles, 12 de enero de 2011

ALONE.

Hoy me siento así al recordar el sentimiento aquel que una vez sentí, sentirme querida y querer, pero no aquel querer que yo pensaba antes de sentirlo. Otro querer, algo que llena. Ahora, todos los sentimientos están entre canciones, vídeos, textos y fotos, gracias a eso, recuerdo lo que sentía. Era como un calor que tenía el cuerpo, como algo que sabía que iba a estar ahí, que había alguien a quien acudir, alguien por quien sonreír y que a ese alguien yo también le hice sonreir, hasta que ya no hubo nadie. Y ya no siento ese calor, ese calor que me abrazaba cuando iba sola, me iba sola, y sentía que estaba llena. Ahora, es todo tan frío... Y no es un frío físico, es un frío sentimental. Un frío que hace que todos los días sean iguales, y que hace que no espere nada. No siento esa ilusión, esos nervios... Ya no me preocupo porque un día pueda ser especial o no, porque ya no hay días especiales. Ahora estoy vacía, y, solo me queda el recuerdo de aquella sensación, de sentir que estaba llena. Que había alguien de quien yo me acordaba a todas horas, y que se estaba acordando de mí. De aquella alegría, que no me asustaba lo que me pasase, porque había alguien a quien yo hacía temblar, alguien que ,como yo, contaba los días para vernos. Alguien que hacía los días especiales, y ahora todos son iguales. ¿Para qué me voy a arreglar? Si ningún día va a ser tan especial como para merecerlo, no tengo nadie por quien luchar, nadie por quien levantarme con ganas, nadie que me devuelva las ganas de vivir... Caí en la rutina que conlleva la soledad, y ahora es todo tan frío...