jueves, 13 de enero de 2011

Aprendiendo.

Aprendí que esto se trata de disfrutar, de pasarlo bien. De que si no arriesgas, no ganas. Y estoy intentando aplicarlo, quitando el miedo a perder. Porque si pierdo, ¿qué importa?, no es el fin del mundo. He aprendido que, cuando una puerta se cierra, otra se abre. Que merece la pena intentar lo que quieres, porque si no lo intentas, no lo vas a conseguir. Y si lo intentas, y no alcanzas lo que quieres, no merece la pena estar mal, porque siempre llegará algo mejor. Ahora entiendo que, puedes estar dos días mal, pero no más. No creo en eso de "el que la sigue, la consgiue", pero creo que si das todo de ti, puedes obtener lo que realmente deseas. Y que si no lo consigues, siempre habrá algo más que quieres que sea mejor, porque independientemente de si eres muy poco o muy caprichoso, somos personas y las personas tenemos miles de caprichos. Y siempre se puede dar más de uno mismo. Yo creo en la felicidad, creo en que, cuando más lo necesitaremos, encontremos en algo, en lo que sea, la felicidad. Creo que el tiempo pone a cada uno en su lugar, y confío en que sea así. Ahora sé, aunque probablemente no lo aplicaré cuando tenga que hacerlo, que cuando pierdes algo, te llega un premio de consolación mejor incluso que lo que perdiste.

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