Irme contigo a un lugar en que nadie nos conozca, un lugar en que solo seamos tú y yo. Un lugar donde nadie nos moleste, dnde cada uno se preocupe de lo suyo y tú y yo de lo nuestro. Que no tengamos que dormir, que hagamos cada noche y cada día una cosa diferente. Que no exista el aburrimiento, ni el invierno ni el otoño. Donde no exista la niebla, ni el frío, que siempre podamos mirar las estrellas. Un lugar donde la lluvia sea algo romántico, que llover ssignifique estar tú y yo bajo el mismo paraguas.
Sin pensar en los demás, sin que nadie nos moleste y sin molestar. Que el anochecer no signifique que se acaba el día, si no que empieza otro nuevo. Que tengamos una forma de vivir diferente a la del resto de la humanidad. Que no nos tengamos que parar a nada, que nosotros mismos seamos nuestra única necesidad. Viendo cómo la noche duerme a todo el mundo, nosotros en el coche, disfrutando cada milésima de segundo como si fuera la última que vivimos.
Viviendo en un lugar en el que veamos las estrellas mientras podemos admirar cómo está a lo lejos la noche vistiendo de fiesta las ciudades. Cómo se reflejan las luces en los mares. Porque, a esas alturas, sabremos que a mí la noche, las luces, el mar, y sobretodo tú, me volvéis loca.

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