lunes, 18 de agosto de 2014

Voy a repartir todos los besos que quiero darte.

Tú eres mis noches de insomnio. Y cuando tú duermes, hay una idiota pensando en ti, en lo que pudo ser pero no será.
Una vez más, me rompí en pedazos. La experiencia no me enseña, y ya no sé si soy cabezona o retrasada.

Intentaré dedicarme todo el amor que tú no quieres que te dedique.
Eso detrás de cada desencanto, de cada desilusión.

¿Y ahora qué hago con estas ganas?

Voy a repartir todos los besos que quiero darte a diferentes labios, unos distintos cada noche.
Me prometo a mí misma que detrás de ti habrá muchos más, que sé a este clavo no se le puede sacar con otro, por eso usaré tantos como hagan falta.
Hasta que no recuerde tus palabras, ni tu sonrisa, ni tus ojos;
hasta que deje de morirme de ganas por hacerte una declaración de amor diferente cada día.

domingo, 17 de agosto de 2014

Otro borrón y se me acabará la tinta.

Otra página más, acabaré con los árboles de este planeta y aún necesitaré más papel para escribir, olvidar y continuar.
Otro borrón y se me acabará la tinta...
¿De qué sirven las sonrisas o las palabras? Son cosas de usar y tirar, según va pasando el tiempo tienen menos importancia. Sólo sirven en los momentos. No son cosas para recordar, son cosas para vivir.
Y por más que me lo repito no consigo llevarlo a cabo: nada es permanente así que goza del presente.

Sólo pienso y ahora pienso no pensar.

Y, de repente, dejé de pensar y me encontré a mí misma, en la nada. De pronto, rodeada de agua salada.
Perdí la realidad entre mis pensamientos, y no recuerdo cómo había llegado hasta aquí. Olvidé mi propia realidad, de tanto pensar, de divagar, de imaginar...
No sé en qué día vivimos, apenas recuerdo lo que he comido al mediodía, sólo pienso... Y ahora pienso no pensar.

Frío en agosto.

Llegas a casa con el corazón lleno, y la casa vacía, silenciosa, repleta de recuerdos. Tu hogar crece, se hace grande y te sobra espacio, añorando hasta el espacio compartido. La soledad que sientes es diferente, no estás solo, pero sabes que algo realmente necesario va a faltar durante toda tu vida. Te obligas a acostumbrarte al silencio eterno de una persona, a tener que recordar su voz y su imagen. Miras a tu alrededor, lleno de espacio vacío, de doloroso silencio y te dices "esto es lo que toca a partir de ahora": semanas sin poner la televisión, sin música, sin bares. Semanas dedicadas tan sólo al anhelo, semanas de falsas sonrisas y lágrimas sinceras, a escondidas. Semanas de verdaderos amigos aguantando y compartiendo dolor intenso, amigos que hacían de bufones para hacernos sonreír.
Hacía frío en agosto.

Querida soledad.

Mi musa, la soledad. Al fin y al cabo es lo que siempre está, cuando las historias se acaban. Siempre fiel a los finales.
Solemos pensar que es triste porque a veces se nos hace complicado, sin embargo siempre tiene un sentido.

martes, 5 de agosto de 2014

Una retirada sólo es una victoria cuando arriesgamos a alguien más que a nosotros mismos. Cuando sólo nosotros podamos salir heridos, más vale luchar teniendo la posibilidad de vencer que darnos de primeras por vencidos con el dolor que conlleva el abandonar una batalla, agotando toda posibilidad de ganarla.