miércoles, 3 de diciembre de 2014

Una gran parte de mí.

Ellos son los que me conocen y saben lo que necesito en cada momento y cómo me siento, los que preocupan de mí realmente... Son amor puro...
Me siento tan lejos de ellos, que sólo quiero que ellos deseen, tanto como yo, que volvamos a juntarnos todos,
Son algo muy importante, como una parte de mí y si me pasa algo importante, les llamo antes que a nadie. No cambiaría los momentos que paso cuando estoy con ellos por nada, absolutamente nada del mundo,
Por esos recuerdos de cuando nos juntamos todos, las risas que nos echamos, las borracheras, los llantos, las historias que nos contamos, los vaciles.... Porque son vaciles para reírnos todos, no para que unos se rían de otros... Nunca hacen daño, de hecho, confieso que me divierte que me vacilen, porque esos pequeños detalles, son los que más echo de menos.
Y si tengo un problema dan la cara por mí, y si me meto un problema me llaman tonta. Pero no un tonta que duele, es un tonta como "es que sabías lo que había y has hecho esto otra vez".
Son como una familia para mí, aunque a veces nos aburramos o no sepamos que hacer, cuando nos juntamos todos hablamos hasta que nos cierran el bar... Y luego buscamos donde ir para hablar...
Son personas que están y han estado siempre en los peores momentos conmigo, y han formado parte de los mejores momentos.
Sobretodo mis niñas. Ellas son parte de mí y, la verdad, si no hubieran estado, igual que en los demás importantes momentos de mi vida, me hubiese sentido incompleta.

Jamás os cambiaría por nada. Sois lo mejor.



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