domingo, 11 de enero de 2015

La magia no está en los besos.

La magia no está en los besos.
La magia no se ve, sólo se siente.
La magia está en el deseo contenido,
en las caricias, en las ganas...
Los momentos antes de un beso,
los latidos fuertes y a toda velocidad.
Esa mezcla entre el sentimiento del placer de la liberación de un impulso
y el nerviosismo, el miedo al rechazo.
Nada jamás se podrá comparar con un abrazo fuerte,
con un abrazo lleno de ganas.
Sólo el primer beso será el especial,
a partir de ese momento, será la forma más usada para demostrar cariño.
A partir de ese beso,
reemplazaremos las caricias que nos hacen estremecer,
los cálidos abrazos con los que mostramos las ganas de acercarnos,
las sonrisas que dicen "quiero conocer tus labios",
esas dulces miradas llenas de cariño y deseo
y los intentos disimulados de tocarnos las manos
por besos.

¿Acaso hay algo más intenso que esto? 
¿Por qué besar cuando podemos sentir algo tan especial antes? ¿Por qué tanta prisa?

No hay comentarios: