miércoles, 25 de marzo de 2015

Corre.

Te mereces algo mejor.
Alguien a quien no le aterre la idea de verte, 
alguien que no tema ser él mismo.
Te mereces algo mejor.
Alguien que te pueda querer todos los días,
alguien que no sea víctima de sus propios miedos.

Te mereces a alguien que no te meta en sus pesadillas, 
que no te haga partícipe de todos sus defectos.
Sin duda alguna, no te mereces a alguien que tiembla antes de verte.
No te mereces a alguien que tiene miedos más fuertes que su propia persona.
No mereces vivir el infierno de alguien, 
no mereces quemarte.
No mereces a alguien con complejo del felpudo,
no tienes que sacudir la mierda que todos han dejado en él.

Tú no. 
Tú te mereces lo mejor, 
alguien que se quiera y que te quiera, 
alguien que pueda quereros a los dos juntos.


martes, 10 de marzo de 2015

Soy más complicación que alegría.

No quiero engañar a nadie con un cartel de bienvenida en mi desastre,
prefiero advertir de mi propio peligro.
Prefiero ser la única que tropieza con las piedras que hay en mi camino,
con las piedras que yo misma me pongo.

Por eso, a veces, me encierro a mí misma,
porque no quiero que nadie tenga que oler la tristeza a la que yo apesto.
No quiero que nadie busque en mí la felicidad,
que la felicidad se respira en los parques.

No quiero que nadie piense jamás que yo puedo arreglar su vida,
si soy totalmente incapaz de remediar la mía,
si yo misma tengo que esquivar mis propios obstáculos...

Soy más complicación que alegría.
Soy la primera en odiarme,
y quiero ser la única que se preocupa de los problemas que yo me causo,
la única que sufra por mí,
quiero ser la única que se enfada conmigo.

jueves, 5 de marzo de 2015

Ahora.

Me faltó suplicarte que me quisieras.

Te pedía, con palabras que no escribía,
que me dieses tu calor.
No quise olvidarte,
sólo necesitaba sentirte, cerca o lejos,
sentir que estabas.

Para mí el tiempo no pasaba si te estaba esperando,
porque lo verdaderamente importante era que llegases.
Y me diste a entender,
con todo lo que yo esperaba oír y que tú no dijiste,
que era un adiós. Un hasta luego.
Me pediste en silencio que te dejara ir,
que siguiese viviendo sin ti.
Contigo lejos.

¿Ahora vienes a buscarme?
Después de mojar mi cara de agua salada,
después de hacer que mi mundo fuese tu espalda,
después de enamorarme y quitármelo todo.
¿Ahora vuelves?
Después de demoler todo aquello que yo construí a partir de tu sonrisa,
después de pisar nuestros trozos,
después de ignorar todas y cada una de las letras que junté para ti.

Ahora que me han quitado tu veneno,
ahora que estoy desintoxicada de ti.

Ahora no quiero que vuelvas para joder todo aquello que hice después de ti,
ahora no quiero la luz si va a ser oscuridad luego,
ahora no quiero que vuelvas si te vas a ir de nuevo.