miércoles, 11 de noviembre de 2015

(Des)pedida.

No estoy capacitada para dejar de quererte,
decirte "adiós" es otra forma de suicidio.
No me pertenzco
desde que miraste tan cerca.

Los únicos agujeros negros
que me hacen temblar
son tus pupilas.
Laberintos sin salida.

Intento acallar mi piel
cuando pide tu abrazo.
He perdido todas las oportunidades
de anularme a mí misma.

Si realmente estoy en tu corazón,
te informo de que no llega el oxígeno,
ni se pone el Sol los días impares.
A pesar de ello, no quiero partir.

Te dedico las siete arrugas
que me han salido desde que te espero.
Consecuencias de kilómetros,
contradicciones y contraindicaciones de la distancia.

Aguardo el final de esta historia,
mientras pasa mi vida:
pedida o despedida.

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