domingo, 26 de julio de 2015

Poesía es todo.

Le debo mi piel
a la poesía.
He cicatrizado con ella
cada herida.

Dicen que la poesía
nos salva la vida.
Pero es un grito de auxilio
al que nadie nunca responde.

Nace de un sentimiento
de pasión, y nunca muere.
Permanece en el tiempo
como medicina alternativa.

Tan fiel, tan bella,
tan pura y natural.
Ha sangrado con nosotros
y, menos veces, sonreído.

Nos entiende
cuando nadie es capaz.
Poesía es amor, pasión, tristeza.
Poesía es todo.

sábado, 25 de julio de 2015

He llegado a mi destino, gracias.

Prometo no mencionar "amor",
pero te lo haré en papel.
Me declaro tuya.

Si esto es un error,
no podría equivocarme
de mejor manera.

Nunca había viajado en abrazos
hasta que tú llegaste.
Y ya quiero reservar el siguiente.

Que ni el Sol amanece
tan bonito como tú.
Ni la música suena tan bien.

La gente no sabe lo que se pierde.
Si cogen trenes y aviones
es porque no conocen tus brazos.

No saben que el mundo
resulta aún más atractivo
reflejado en tus ojos.

Por eso no puedo dejar de mirarte.
Porque tú eres destino
y yo estoy de vacaciones.

Tengo que confesar
que me enamoro en los viajes,
me enamoro de lugares.

Como si de una guerra se tratase,
quiero conquistar
cada uno de tus rincones.

Te declaro mi destino preferido.
Quiero quedarme a vivir
en tu pecho.



viernes, 10 de julio de 2015

Imprescindible.

No quiero compartir con nadie
lo que siento cuando me abrazas
porque estoy segura
de que no sabrían de lo que hablo.

Quiero contarte, pequeña,
que si te veo llorar 
soy, al instante, la persona
más infeliz del universo. 

Que una vida sin ti
es una vida vacía,
que aportas siempre alegría. 
Que sin ti, no soy nada. 
Sin Iosune, no hay Alba.

No creo en dios, 
pero rezo para que nunca me faltes.

Que sin ti,
ni primaveras ni hostias. 
No entraría luz por la ventana,
no habría días.

Estoy segura
de que no saldría ni la Luna. 
Sin ti no hay risa.
Iosune, la felicidad lleva tu nombre.

Sólo quería contarte 
que tu sonrisa es la estación más bonita del año,
que la primavera la envidia. 

Que tu abrazo 
es mejor que una anestesia
 y es, sin duda,
el mejor remedio contra el dolor.

No existe flor ni mar 
al que debas envidiar,
porque tú
eres amor puro. 

Mi pequeña,
conviertes a todo aquel
que entra en tu vida
en afortunado.

No existe palabra con tanto poderío, pero que sepas que todo lo que te quiero aún no está escrito en ningún idioma.


martes, 7 de julio de 2015

Aquí me tienes.


Aquí me tienes.

Dispuesta a ser para ti,
dispuesta a ser para siempre.
Proponiendo que esa 
sonrisa solo me salga
si oigo tu voz.

Algo, no sé si biológicamente estúpido,
dentro de mí
ha decidido sin consultar
que sólo me brillen los ojos
si es a ti a quien miro.

Que antes todo era negro o blanco.
O blanco y negro. E, incluso, gris.
Quiero decir, que hasta que te provoqué una sonrisa,
no había visto color.

No te pido que me quieras.
Aunque las estrellas fugaces 
son aún más rápidas
para pasar desapercibidas.

Para que llegue a deshora,
y no me puedan escuchar.
Que ya se han cansado de mí
y de oír tu nombre..

Así, me declaro en huelga de silencio.
Esta es la última vez que
me desnudo en papel para ti.
Que tú pones cerebro y yo, corazón.

Sólo son dos ojos
ante tantas heridas abiertas.
Necesito litros de alcohol,
aunque sé que no hay mejor cura
que tus labios.

Y nada tiene tantos grados...

Aquí me tienes:
moribunda y sin receta médica.
Pero, indudablemente,
tuya.

lunes, 6 de julio de 2015

Querencia.

Vengo a confesarte
o, más bien,
confesarme.
Porque quererte tanto
tiene que ser pecado.

Que tengo heridas
de tanto morderme la lengua,
de ponerle barreras
a las ganas,
y callar mariposas.

De no decirte
que si estuvieras aquí,
haría lo imposible
para que esta noche
durase mil horas.

Que hoy la Luna
no tiene sentido,
perdió el norte
cuando tú lo dejaste.
Que se compadece de mí.

Que en mi cuerpo
hay una guerra civil,
corazón contra razón.
Y yo voy con el que late,
con lo que me hace vivir.

No sé qué puede haber
más allá de ti,
que amplías mis horizontes.
Contigo no hay fronteras,
¡Abajo el muro de Berlín!

Necesito gritar que te quiero,
en un lugar que haga eco.
Que se repita para siempre,
un "te quiero" que nunca calle.

Un "te quiero"
que no se ahogue
en nuestros malos tragos.
Un "te quiero" nunca ciego.

Así que...

Ven, que aquí te espero
con los brazos abiertos
y, dentro a tu derecha,
un latiente "te quiero".