Cuando se iba a la cama, siempre le daba las buenas noches a alguien, a veces incluso a personas con las que no hablaba a menudo. Lo que más le gustaba de eso, era sorprenderles.
Solía envíar estos inesperados mensajes de buenas noches cuando ya era tarde, para que las personas los leyesen por la mañana, para hacerles sonreír, tratando de darles ánimos para afrontar el día.
Estaba segura de que algunos le llamarían "loca", sin embargo, eso no le paraba los pies.
Tan sólo intentaba hacer más fácil la vida de quienes le rodeaban.
Pero, ¿y a ella quién le hacía sonreír?
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