Ojalá pudiéramos volver a reír de la mano de nuestra inocencia, pensando que las cosas buenas les pasan a los buenos y que las cosas malas, a los malos. Ojalá pudiésemos volver a creer que no existe nadie con maldad, que todo el mundo tiene su fondo... Ojalá volviésemos a amar de verdad, incondicionalmente. Actuar tal y como nos venga en gana tan sólo porque nos apetece.Ojalá no fuésemos envejeciendo con el tiempo.
Ojalá sea verdad que la belleza que no se pudre es la de dentro.
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