Sigo apostando por ti,
y lo haría mil veces más.
Y de momento,
voy ganando a la suerte.
Y si fallo, no se me ocurre
mejor forma de quemarme una mano.
Ni mejor sonrisa que la tuya
para hacerme perder la cordura.
Que ya luzco con orgullo
cicatrices de tormentas pasadas.
Y tú eres más que eso.
Tú podrías ser mi apocalipsis.
Podrías ser un cielo
en plena lluvia de estrellas.
Sólo te pido una cosa:
Sé lo que quieras, pero sé mío.
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